Anorexia Nerviosa
Aquellas personas que sufren anorexia sienten un miedo intenso a engordar y tienen una imagen distorsionada tanto de las dimensiones como de la forma de su cuerpo. Por ello, a través de la reducción de cantidad y variedad de alimento se va produciendo una pérdida de peso progresiva, siendo incapaces de mantener un peso corporal normal. Esta pérdida de peso puede generar graves secuelas físicas como la pérdida de la menstruación, entre otras.
Las conductas habituales que podemos observar son la práctica de dieta, ayuno y ejercicio físico excesivo. La ingesta, aunque sea escasa, se convierte en una obsesión, así como la patología relacionada con la imagen corporal empeora, presentándose cada vez mayor distorsión y funcionando como un mantenedor del problema.
En ocasiones, la relación con la comida puede tornarse problemática al convertirse en el único aspecto que parece controlable en la vida. Los alimentos pasan a representar todo lo adverso, y los hábitos alimenticios se vuelven extremos, ya sea reduciendo drásticamente la ingesta, evitando comidas o manipulando la dieta. La pérdida de peso se percibe como un refugio ante la baja autoestima, el temor intenso al rechazo o una imagen distorsionada de uno mismo, dando lugar a lo que conocemos como anorexia nerviosa.
Podemos distinguir entre la Anorexia Restrictiva, donde la persona aplica estrategias para limitar la comida (usualmente combinadas con un ejercicio excesivo), y la Anorexia Purgativa, en la cual se recurre al vómito, laxantes o diuréticos para alcanzar una disminución de peso.